El 13 de septiembre fue el día Mundial del Chocolate y si hay un país que celebra con razón esta fiesta, es Suiza. Existe tanta pasión por este producto que el país ofrece una gran cantidad de actividades: desde visitas a fábricas en diversas ciudades hasta centros terapéuticos donde es posible sumergirse en una bañera de chocolate.
La fama del chocolate suizo se remonta al siglo XIX, gracias a pioneros como François-Louis Cailler, Henri Nestlé, Daniel Peter, Jean Tobler y Rodolphe Lindt. Cailler fundó la primera fábrica de chocolate en 1819, cerca de Vevey. Daniel Peter le añadió leche en 1875 y Lindt inventó la máquina caracola, que aireaba la masa mientras le daba vueltas, lo que permite que el chocolate se derrita en la boca.
Entre las actividades que hoy en día existen para disfrutar este manjar está el tren del chocolate, que realiza un viaje entre Montreux hasta Broc, donde se encuentra la fábrica Cailler-Nestlé, fundada en 1825. El viaje incluye una visita a la quesería de Gruyères y otra a la fábrica de uno de los chocolates más famosos de Suiza, donde se pueden degustar y comprar sus especialidades.
Algunos lugares imperdibles para los amantes del chocolate:
- Lugano -a orillas del lago de Tesino- donde se encuentra el Museo del Cioccolato Alprose.
- Ginebra, que cuenta con el ‘After the Rain’, un spa que ofrece baños de chocolate.
- En Zurich, cerca de la estación central se encuentra el Café Sprüngli, abierto desde 1836. Además de pasteles, chocolate y café, el lugar ofrece almuerzos ligeros. Y en las afueras de la ciudad está la famosa fábrica de Lindt, para visitar y degustar.
- En Interlaken, hay un café que imparte talleres miércoles y sábados para aprender a elaborar chocolate. Además, el lugar es famoso por su repostería y la terraza que da al parque.
- La Chocolaterie, en St. Gallen, famosa por sus pralinés y sus irresistibles trufas.
- En Winterthur, la Confitería Vollenweider, que presume de haber elaborado los únicos bombones de chocolate con leche que han viajado al espacio como parte del equipaje del astronauta suizo Claude Nicollier.
- En Flawil, se puede visitar Schoggi Land Maestrani, considerada una auténtica maravilla por los expertos en cacao: cuenta con una galería-museo, audiovisuales que muestran la fabricación artesanal y la posibilidad de saborear el mejor chocolate.
- En Lausanne, a orillas del Lago Lemán, está Blondel Chocolats fins, una pequeña joya chocolatera fundada en 1850 que respeta al máximo la tradición suiza en la elaboración de sus chocolates. Cuentan con más de 120 creaciones de auténtico chocolate artesano.
- En Lucerna está Confiseur Bachmann, una de las confiterías suizas con más renombre, que cada día prepara sus productos manualmente a partir de ingredientes de primera calidad.
- En Buchs se puede visitar Chocolates Frey, fábrica que asegura tener la receta original para la fabricación del verdadero chocolate suizo y que, por tanto, se convierte en parada obligada de esta ruta.
- En Zug, una típica villa de calles medievales, encontramos la Confitería Speck, que vende catorce tipos distintos de chocolate, además de otras especialidades dulces.
Fuente: El País Viajero