El nuevo billete, que ha estado en estudio durante 11 años, incluye 15 medidas de seguridad entre las que se encuentra una tinta reluciente y elementos ultravioleta, pero mantendrá el icónico color verde. Cuenta con tres capaz de seguridad, siendo la capa interior de polímero de refuerzo que le entrega durabilidad al billete.
Según Manuela Pfrunder, la diseñadora del papel, la nueva imagen del papel representa uno de los elementos de la sociedad suiza, lo que deja de lado a antiguos personajes del país y se amplia para involucrar a todas las personas. Los billetes de 10, 20, 200 y 1000 francos serán lanzados próximamente con la misma ideología, mientras que el de 20 retrasaría su lanzamiento hasta 2019.
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