Diversos hitos han marcado la relación entre ambos países. De un pasado de vínculos estrechos se proyecta un futuro aún más auspicioso.
Este año se cumple un siglo desde que Chile y Suiza establecieran relaciones diplomáticas formales. En esta ocasión tan especial, la embajada se dio a la tarea de profundizar la búsqueda de antecedentes sobre la historia de las relaciones bilaterales de ambas naciones. Fruto de esta investigación surgió un documento que acaba de ser publicado y que ofrece una mirada sobre la evolución de las relaciones diplomáticas y consulares chileno-suizas desde 1918 hasta hoy. Este documento se podrá encontrar próximamente en libre acceso en el sitio web de la embajada (www.eda.admin.ch/dam/countries/countries-content/chile/es/centenario_esp.pdf).
Los primeros suizos llegaron a Chile a comienzos del siglo XVIII como misioneros y a mediados del siglo XIX como comerciantes, al entonces floreciente puerto de Valparaíso. Fue justamente en esta ciudad donde, en 1851, se estableció el primer Consulado suizo de toda Sudamérica; ya que, si bien la migración organizada había llevado a numerosos suizos al sur de Chile, la comunidad suiza que habitaba en la región central también comenzó a aumentar considerablemente a finales del siglo XIX. Esto generó una fructuosa relación económica que motivó a Suiza y a Chile a firmar su primer acuerdo comercial amplio en 1897.
Luego de largas discusiones políticas en Berna, el Consejo Federal suizo decidió acreditar, en 1918, al primer diplomático en Santiago, a pesar de que este residía en Buenos Aires. Se trató de Arthur De Pury, quien tuvo el honor de ser el primero en presentar las cartas credenciales al entonces Presidente de Chile, Juan Luis Sanfuentes.
Luego, el 23 de diciembre de ese mismo año, se le otorgó al comerciante suizo Alberto Küpfer la función de ser el primer Cónsul Honorario en Santiago. De esta manera, 1918 se transformó en un hito importante, que marcó el inicio de la presencia suiza en la capital chilena.
No obstante, hubo que esperar hasta 1943 para que el Consejo Federal suizo decidiera abrir una representación diplomática independiente, la cual se convirtió en embajada en 1957, teniendo como representante al embajador René Naville. A partir de entonces, las relaciones entre Suiza y Chile se intensificaron considerablemente. Prueba de ello fueron las Presidencias de los ciudadanos de doble nacionalidad chileno-suiza Eduardo Frei Montalva (1964-1970) y Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), padre e hijo, lo que representó hitos importantes para las relaciones bilaterales.
PAÍS DE ACOGIDA
Posteriormente, los conflictos políticos de 1973 y la consiguiente dictadura militar, también tuvieron gran influencia en las relaciones entre Suiza y Chile, ya que muchos de los chilenos que huyeron al exilio, lo hicieron a Suiza. Esto generó una emigración en la dirección opuesta, y en la década de 1980 ya se contaban 6.000 chilenos residiendo en el país europeo.
La transición hacia la democracia y el progreso económico en Chile dieron un nuevo impulso a las relaciones bilaterales. Fue así como Suiza y Chile concretaron diversos acuerdos en los ámbitos económico, científico y medioambiental. Además, las visitas diplomáticas entre ambos países aumentaron considerablemente, teniendo su punto cúlmine durante las visitas de Estado de la Presidenta Michelle Bachelet a Suiza en 2007 y del Presidente Federal Pascal Couchepin a Chile en 2008.
Migración, intereses económicos y una amistad de años han impregnado las relaciones diplomáticas entre ambos países, siendo generaciones de personas comprometidas las que han contribuido al fortalecimiento e institucionalización de las mismas. Pero una mirada hacia el pasado implica necesariamente una visión hacia el futuro, ya que las experiencias de nuestros predecesores y ancestros nos dan las ideas y la motivación para preparar los lineamientos de las relaciones futuras entre Suiza y Chile.
De este modo, el progreso tecnológico, la mayor velocidad de los medios de transporte y la revolución de las comunicaciones, han hecho que la representación suiza y el contenido de su trabajo varíe a través del tiempo. Sin embargo, las largas y amigables relaciones y valores comunes como la democracia, el respeto de los derechos humanos, la economía de mercado y el desarrollo sostenible han logrado formar una base sólida sobre la cual chilenos y suizos continuarán desarrollando un trabajo conjunto.
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